El rio de la vida - Las articulaciones
Abandónate a este momento, es para ti, es tu regalo para el día de hoy.
Cierra los ojos y juega con tu cuerpo a colocarlo de la manera más cómoda posible; en la cama, en el suelo, encima de unos cojines…que sea un lugar placentero. Te lo mereces.
Observa tu respiración, es un gran motor de vida, con cada inhalación llena tu abdomen de aire y oxigenas cada una de tus millones de células, siente cómo la mano sobre el abdomen se eleva.
Y al exhalar deja salir el aire lentamente y siente cómo el abdomen desciende y todos tus músculos se distienden y relajan.
Haz varias respiraciones y solo observa como tu mente se calma y estas en el aquí y ahora.
Es pura magia.
Abandonándote a este instante, donde la vida vive a través de ti.
Eres un ser infinito.
Y en gran medida eres agua.
Percibe como por tu cuerpo fluye agua, mucha agua que viaje por sus pequeños arroyos, y sus cientos de afluentes que se van uniendo entre si y forman una gran red perfectamente entrelazada que alcanza mucho más que tu cuerpo, llega desde los confines del universo atraviesa la madre tierra pasa por tu cuerpo y vuelve creando el símbolo del infinito.
Sientes como el fluido circula por todo tu cuerpo en una corriente natural y continua de agua clara.
De los poros de tu piel aflora un aroma a amanecer fresco de primavera donde la vida vuelve a asomarse con fuerza y delicadeza al mismo tiempo.
El agua de tu vida transita por el cauce del rio en armonía con todo, a pesar de que en algunas curvas del trayecto, se han depositado algunos sedimentos; musgo, lodo, hojarasca, que impiden el flujo ligero del agua.
Los arroyos de tu interior comienzan a aumentar su flujo, el nivel del cauce discurre cada vez con más intensidad, sus aguas avanzan con fuerza y a su paso arrastran todos esos sedimentos depositados en algunos recovecos de tu cuerpo.
En la oscuridad de la noche, la vida te ofrece una renovación sanadora.
Observa como las paredes del cauce y las piedras se limpian hasta volver a tomar el aspecto lubricado, estable y suave como lo tenías en tu edad más temprana.
Los pececillos, se entretienen jugando y renovando toda la red fluvial hasta que el cuerpo recupera su equilibrio natural.
Ahora el cauce de tu vida fluye de nuevo, limpio con sus aguas cristalinas, y tu cuerpo es un manantial de paz que discurre en calma.
Ha llegado tu momento; delante de ti hay un hermoso carruaje con flores y adornos dorados, es tu presente, arréglate, vístete con tus mejores galas eres un bellísimo ser que ha venido a brillar.
Es tu carruaje, es tu vida abriéndote los brazos.
Es tu momento de coger las riendas y elegir cabalgar a tu ritmo, en la dirección que tu corazón y tu intuición, te guíen.
¡Estás muy bien acompañada! Tus ancestros están contigo en este viaje.
¡Gózalo, tienes tanto que compartir!